19 junio 2015
¿Alguna vez has visto una piedra natural con luz? Si es así probablemente hayas estado delante del mármol Ónix, único en el mundo por sus preciosas tonalidades. Conocido como ónice de mármol u ónix calcáreo, esta piedra natural se distingue por ser translúcida, es decir, deja pasar la luz a través de sus vetas. Blanco, amarillo, verde o rojizo, el ónix le dará un toque exclusivo a tu hogar.
VETAS DE LUZ DECORATIVAS
El Antiguo Egipto apreciaba la belleza del ónix. De hecho, sus artesanos lo utilizaban creando con ella todo tipo de objetos decorativos, esculturas o como revestimiento de columnas o tablas de mesas. Considerada una piedra semipreciosa, el ónix es una opción exclusiva y única de decorar con piedra natural.
El ónix presenta sus vetas de forma distinta según haya sido cortado transversal (de tal forma que se ve una veta circular) o perpendicular, es decir, en el sentido de la veta. Formado de la precipitación del carbonato de calcio en ambientes subterráneos muy tranquilos, sus tonos abarcan una amplia variedad: del blanco al amarillo pasando por tonos naranjas, rojos, verdes o celestes. Las vetas marrones rojizas son muy frecuentes, debido a la presencia de óxido de hierro que le dan más presencia a esta espectacular piedra.
EXCLUSIVIDAD PARA INTERIORES
Sinónimo de fuerza, elegancia y ditinción, los ónix siempre están de moda. Gracias a su aspecto transparente y multicolor, los ónices son piedras naturales perfectas para decorar alguna superfice que queramos destacar en interiores. Si se retroiluminan con lámparas de neón o leds, ofrecen un efecto estético único y singular para un piedra natural. Si queremos dotar de personalidad algún revestimiento mural de nuestro hogar, podemos aprovecharnos de las distintas tonalidades que proyecta la piedra gracias a la luz.
Muy pocos lugares en el mundo cuentan con las características geológicas necesarias para que existan canteras de ónix. Su delicado proceso de extracción y transformación, lo convierten en una piedra con una producción muy limitada, y por lo tanto, muy apreciada. Procedente, en su mayoría, de canteras de Italia, Grecia o Pakistán, el ónix representa una elección muy acertada para espacios como salones o dormitorios, ya que puede aportar el toque de color y luz en estancias poco iluminadas o interiores.
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