La piedra natural es un material muy utilizado para proyectos de rehabilitación. A la hora de seleccionar cuál es el material más adecuado para obras de reforma, hay que tener en cuenta tres factores: la idoneidad, la compatibilidad y la durabilidad.
IDONEIDAD: LA CALIDAD MÁS ADECUADA
Una piedra natural es idónea cuando cumple los requisitos de calidad necesarios para su instalación en un proyecto. La idoneidad de una piedra influirá en su durabilidad. Elegir el material adecuado para una obra es importante para que dure el mayor tiempo posible sin deteriorarse. Así, por ejemplo, la piedra destinada a la estructura de la vivienda tiene que presentar unas características de resistencia a la compresión y a la flexión determinadas. Mientras que la piedra que tiene como función la decorativa tendrá que cumplir con unas características de color, acabado y textura adecuadas al proyecto.
La idoneidad de una piedra natural también dependerá del ambiente o el entorno en el que se va a instalar; así, en fachadas exteriores, la piedra tendrá que presentar una resistencia superior a los agentes de deterioro como lluvia o variaciones térmicas. De igual forma, la piedra tendrá que ser compacta si vamos a colocarla en zonas como zócalos, alféizares o cornisas que actúan como protección del edificio.
COMPATIBILIDAD: MATERIALES SIMILARES
La compatibilidad en proyectos de rehabilitación se refiere a que la instalación de la nueva piedra debe adecuarse a las características de la piedra original. Es decir, es necesario que la piedra de substitución cumpla con una serie de requisitos de compatibilidad con la ya existente.
Por lo general, lo ideal es que la piedra que se coloque tenga la misma resistencia mecánica, comportamiento hídrico, porcentaje de dilatación y aspecto exterior que la piedra original. Sólo así se eliminará el riesgo de la interacción de materiales incompatibles.
DURABILIDAD: MAYOR RENTABILIDAD
La durabilidad guarda relación con la compatibilidad. Se refiere a la capacidad de la piedra para mantener sus propiedades durante el mayor tiempo posible. Para ello, la piedra elegida tendrá que adecuarse a las condiciones climáticas en las que va a ser instalada. La preocupación por la durabilidad de los materiales en los edificios que se construían en el pasado era lo que motivaba la selección de la piedra como elemento principal de su construcción.
Gracias a los avances producidos en el transporte de la piedra natural, en la actualidad podemos aprovechar piedras procedentes de otras regiones y que se adaptan, por su gran durabilidad, a los proyectos de rehabilitación que estemos realizando, sin que ello suponga un incremento de coste para la obra.
Como conclusión podemos decir que el uso de piedra natural en obras de rehabilitación sigue siendo un elemento fundamental en construcción. Siempre es más adecuada la utilización de piedra natural para la restauración de edificios construidos originalmente en piedra. Lo ideal es utilizar una piedra de características similares a la piedra original, siempre y cuando mantenga las características de idoneidad, compatibilidad y durabilidad que necesitamos.
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